La Vocación
Para hablar
de este tema comenzaremos con una teoría filosófica de Aristóteles, Acto y
Potencia, algunas personas son acto y otras en cambio potencia. Como así,
simple alguien que se comienza a preparar para ser médico, es ya un médico en
potencia; pues está recorriendo el camino hacía el medico que ejerce su
profesión.
Ahora bien ser médico es un llamado, tomando en cuenta que también
es una vocación, pues no puedes ser un buen médico sino es feliz desarrollándose
en este ámbito. Entonces tal como diría Thomas Merton: “Un hombre sabe que ha
encontrado su vocación en el momento en que cesa de pensar cómo vivir y
comienza a vivir”.
Siendo la vocación un llamado, debemos escucharlo pues es la
oportunidad de ser felices. Pero y ¿quién nos hace ese llamado? La respuesta es
simple: Dios. Él quien es felicidad eterna y perfecta, nos llama a ser felices,
nos corresponde el tomar la elección de serlo a su lado; en este respecto cabe
mencionar la vocación de todo creyente en Dios.
La santidad, ese llamado que se nos ha hecho a todo hombre o
mujer, a ser imitadores de Dios con el fin de un día llegar a estar eternamente
a su lado. El camino es largo y tortuoso, pero que mejor satisfacción que decir
lo he logrado. Cabe preguntarse entonces ¿soy feliz en dónde estoy? ¿Soy feliz en
lo que estoy haciendo? ¿Vivo feliz?
Respóndete y cuestiónate, luego si necesitas cambiar algo… cámbialo
y comienza a ser feliz.
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