Translate

jueves, 10 de marzo de 2016

Eucaristia, expresión de la Trinidad

Este es uno de los canticos más bellos que fueron escritos por San Juan de la Cruz, en el cual se relata el dialogo tan intimo que se da entre la Santísima Trinida, que a su vez se expresa en su excelsitud en la Eucaristía.


Romance Segundo de San Juan de la Cruz

En aquel amor inmenso
que de los dos procedía,
palabras de gran regalo

El Padre al Hijo decía,
de tan profundo deleite,
que nadie las entendía;
sólo el Hijo lo gozaba,
que es a quien pertenecía.

Pero aquello que se entiende
de esta manera decía:
Nada me contenta, Hijo,
fuera de tu compañía;
y si algo me contenta,

En ti mismo lo quería.
El que a ti más se parece
a mí más satisfacía,
y el que en nada te semeja
en mí nada hallaría.

En ti solo me he agradado,
¡Oh vida de vida mía!.
Eres lumbre de mi lumbre,
eres mi sabiduría,
figura de mi sustancia,

En quien bien me complacía.
Al que a ti te amare, Hijo,
a mí mismo le daría,
y el amor que yo en ti tengo
ese mismo en él pondría,

En razón de haber amado
a quien yo tanto quería.



lunes, 7 de marzo de 2016

El Pecado
“Antes que pase adelante, os quiero decir que consideréis qué será ver este castillo resplandeciente y hermoso, esta perla oriental, este árbol de vida que está plantado en las mismas aguas vivas de la vida, que es Dios, cuando car en un pecado mortal: no hay tinieblas más tenebrosas, ni cosa tan oscura y negra, que no lo esté mucho más… Ninguna cosa le aprovecha; y de aquí viene que todas las buenas obras que hiciere estando así en pecado mortal, son de ningún fruto para alcanzar gloria…”
Santa Teresa de Jesús, “Castillo Interior”.
Por: J. Alex Us Valle (Integrante Grupo)
Todos nacemos inclinados al pecado, el hombre nace con el pecado original y privado de gracia, este se borra con el Bautismo, pero permanece la inclinación de la concupiscencia, la voluntad se halla, debilitada y la inteligencia oscurecida. Por otro lado nuestros tres enemigos: mundo, demonio y carne; nos empujan al mal.
Aun así podemos resistir a las tentaciones a través de la gracia de Dios y las oraciones que cada cuando le elevamos pidiendo fuerza. Cuando llegan las tentaciones debemos orar y salir huyendo de las ocasiones de pecado, como diría un buen sacerdote, el P. Lee (Q.E.P.D); “ser cobardemente valientes”.
Hay tres requerimientos para que tenga lugar un pecado:
1.       Que la cosa sea mala o se crea que es mala (da lo mismo que sea de pensamiento, voluntad, palabra, obra u omisión).
2.       Darse cuenta que aquello es ofensa a Dios, porque va en contra de su voluntad.
3.       Hacerlo, pensarlo o desearlo a pesar de que se ve que es malo.
Si se cumplen estos tres sin falta, su ha cometido un pecado, si se diesen solo dos no se da este.
Pecado Mortal y Pecado Venial
Son las dos clases de pecado que se pueden cometer, el pecado mortal es toda aquella ofensa más grande que se puede hacer a Dios, a través de este se pierde la vida de gracia, se deja de ser Hijo de Dios y se hace merecedor del infierno. Este es en sí aquel que quebrantan en su totalidad los mandamientos de Dios.
En la segunda categoría, pero no por eso menos importante está el pecado venial, este no quebranta del todo los mandamientos de la ley de Dios, no perdemos la vida de gracia; pero se debilita nuestro vínculo con Dios. Esto nos predispone a cometer pecados mortales.
"La mejor forma de expulsar al diablo, si no se rinde ante el texto de las Escrituras, es mofarse y no hacerle caso porque no puede soportar el desprecio."

LUTERO